miércoles, 5 de octubre de 2016

Reflexiones Celida Camacho


A los 18 solía creer que me encontraba justo en la mejor edad. Acepto que no estaba tan equivocada… pues estos son una edad bonita, aunque realmente los 18 solo te están preparando para los 20. 
A
quellos que están dentro de los 20… y tantos no me dejaran mentir ¡que maravillosa edad! que experiencias y que aventuras me han regalado queridos 20 y tantos.
A ustedes, los que están a punto de entrar ¡BIENVENIDOS! bienvenidos a esta etapa que no se olvida, que a pesar de que pase el tiempo no se borra. Disfruten este nuevo capítulo en sus vidas que sé que cuando tengan tiempo viviendo en él, también lo llamaran “QUERIDOS 20 Y TANTOS”.
La instrucción principal es disfrutar y ser feliz aunque a veces te sentirás confundido. Y es que a los 20 y tantos ya con la elección de una carrera empiezas a planear tu futuro, pero al mismo tiempo no sabes cuál es el rumbo ideal.
También, en los 20 y tantos encuentras varias veces al posible “amor de tu vida” pero también, es la edad que te obsequia el verdadero amor. A los 20 y tantos, llegas con un sinfín de amigos, pero es esta edad la que te regala y donde se quedan solo los verdaderos. A los 20 y tantos te avientas a la aventura; aventuras planeadas en complicidad de tus amigos… amigos de la universidad, amigos pasajeros o amigos verdaderos.
Y es que los 20 y tantos son sinónimo de aventuras, risas, amigos y sueños; sinónimo de reconocimiento al mal comportamiento, a las faltas en la escuela para festejar ¿qué? quien sabe. Pero también, es la edad donde posiblemente conozcas la verdadera madurez.
Por eso a ustedes que están a punto de entrar: bienvenidos a esta mágica edad. A ustedes, que están a punto de salir, sé que se llevan los recuerdos más bonitos.
Y a nosotros, los que estamos en el proceso: aprovechemos cada uno de los años que nos quedan, aprovechemos el pretexto perfecto para seguir celebrando y brindando por esto que yo llamo ¡BENDITA JUVENTUD! Y ¡BENDITOS 20 Y TANTOS! Y así  hacerle honor a vivir en rebeldía, a estar borrachos…pero de juventud.
Y a ustedes queridos 20 y tantos, una disculpa por aquel momento de mi vida donde ilusamente creí que los mejores años eran los 18.
¡ES QUE NO LOS CONOCÍA!  AUN NO TENIA EL PLACER DE QUE LLEGARAN A MI VIDA… QUERIDOS 20 Y TANTOS



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