lunes, 5 de julio de 2010

KSHANIA DE ANTAÑO

"EL INGENIERO PEDRO MAHIEUX"

Por: Luis Ernesto Rouzaud Aguilar


Antes de los tiempos infantiles, tiempos de plena primaria, de domingos de misa, unos extranjeros habían venido de Francia, desmontaron cardones, piedras y mezquites y le dieron forma a un pueblo en pleno desierto pedregoso. Le entraron con tanta pasión al fecundo trabajo que parecían haber salido de las mismas entrañas de la tierra extremadamente caliente.
Un grupo minero era llamado Purgatorio, otro Infierno o Lucifer, otro más Soledad, etc y más etcéteras. Allá arriba, en las más elevadas alturas, en los caminos del miedo, había un conjunto de minas llamado La Testera, donde en las alturas, en apariencia muy cerquita de Las Pléyades, en las más profundas noches de oscuridad, el universo en su eterno parpadear que resplandecía y hasta la fecha resplandece en los corazones de los Kshanienses.
SAN LUCIANO.-

Con su torre aún erguida, aunque no fue diseño de Gustave Eiffel, era un orgullo de los Kshanías de antaño, verla iluminada por cientos de lámparas de carburo que iban y veían como si fueran luciérnagas en plena actividad de apareamiento, subían, encumbraban, bajaban, gritaban, cantaban, la calesa bajaba vacía y subía cargada. Era un pequeño Paris de trabajo, de bullicio en que la belleza era otra, era la producción. La iluminación eléctrica que solo existía en el Distrito Federal, pero sólo en el Zócalo y en muy contadas calles del centro de la capital mexicana.

LAS CANASTILLAS.-

Iban por el aire con europea elegancia a principios del siglo XX, volaban hacia Kshanía para ser descargadas y volvían vacías con un hambre desfallecedora pidiendo más de ese metal anciano...ese mismo, el de San Luciano.

FRANCESES DE EXTRAÑO ACENTO

Que vestían con ropa de trabajo, ordenando y trabajando...algunos pico en mano herían con ansia productiva la tierra que bondadosa vomitaba y ofrecía el rico mineral, tanto, tanto, que era una barbaridad.

NIÑOS POBRES.-
Sin afán de presumir, volteo hacia atrás en la distancia de la infancia que se olvida pero que yo sí recuerdo, señalo con amor hacia ese hermoso pasado y hoy por hoy veo que mi primera formación fué rodeada de franceses, españoles, mexicanos y muchos, muchísimos niños pobres. Y de todos, mexicanos y extranjeros algo quedó muy adentro donde las fibras más profundas hacen cosquillas. En mis miniaturescas infancias me gustaba espiar a un señor muy delgado y de pelo rizado, para mí era un galán de cine mudo porque jamás hablaba, pero llenaba diariamente las panzas vacías de esos niños dezapatados y haraposos.

Y desde luego hambrientos, sus padres trabajaban muy duro, aunque de igual forma bebían duro, muchas veces ingerían toda "la raya" de la semana y quien pagaba el pato eran los escuálidos estómagos de aquel chamaquerío. Todos vivían en "LA NOPALERA" hoy COLONIA CUAUHTÉMOC. Es por eso que todos esos niños iban despues de la escuela a hacer mandados a los pobladores de la Mesa Francia. Escondidos tras la casa del DIRECTOR de la CIA. DEL BOLEO gritaban lo mas quedo posible, __"AY VIENE MAYÚ, ESCÓNDANSE...AY VIENE MAYÚ. El ingeniero Maiheux llegaba a comer del trabajo y en cuanto éste salía, con tantito que se alejara, todos corrían a acercarse a la puerta lateral donde los esperaba Andrea la sirvienta de más confianza. __Pásenle a comer a comer, yo, a veces me colaba y ella me decía: cabrón Luisito tu ya comites paro pásale y éntrale, hay comida de a chingo, el señor deja paque coman todos. La verdad yo nomas pellizcaba porque siempre he sido muy tragón y se me antojaba.
AHORA SOLO RECUERDO UN CORAZÓN QUE SIEMPRE FUEN MUY BUENO CON LOS NIÑOS POBRES, EL DEL INGENIERO PEDRO MAIHEUX.

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