domingo, 11 de abril de 2010

O bajas tarifas o vas al bote

Hay 80 millones de teléfonos móviles activos en México. Esto no sería posible si hubiera una estructura monopólica opresiva en el sector.

Ramón Cota Meza


El mundo ya conoció los estragos de la colectivización forzosa comunista; ahora está conociendo los de la competencia forzosa capitalista. La iniciativa de ley para castigar con cárcel a empresarios que resistan la presión política de sus competidores refleja una pulsión totalitaria. Hay negación a revisar los resultados de la competencia forzosa en otros países. Contra todo sentido común, los autores de la iniciativa actúan por consigna, necedad ideológica y presión de otros gobiernos.

Los blancos principales son Telmex y Telcel, como ocurrió a los operadores dominantes en Estados Unidos entre 1996 y 2003. Ed Whitacre, entonces presidente de la telefónica SBC, denunció así el esquema:

“Estamos obligados a vender nuestro servicio local a competidores que luego se dan la vuelta y te lo revenden (…) Esto es absurdo (…) ¿Por qué debo vender a mis competidores por debajo de mis costos? ¿Y por qué mis competidores invertirán si pueden comprarme tan barato? No es un argumento muy sofisticado. No obstante, esto es exactamente lo que ha estado pasando…” (Testimonio ante el Congreso, 2003).

En Estados Unidos llegó a haber 375 operadores telefónicos locales el año 2000, atraídos por las bajas tarifas de interconexión impuestas por el gobierno a los transportadores principales. Quebraron todos y se perdieron 500 mil empleos y más de 400 mil millones de dólares. Después de la batalla, el mercado recuperó su forma oligopólica tradicional, como está ocurriendo en todos los países. Dicho sea de paso, Ed Whitacre es ahora presidente de General Motors designado por el gobierno para limpiar la empresa.

El crecimiento del mercado de telecomunicaciones en Estados Unidos ha disminuido porque ya empezó a encontrar su límite. De ahí el interés del gobierno en abrir paso a las empresas americanas en los países no desarrollados. El informe 2010 de la Oficina del Representante Comercial dice:

“Los proveedores americanos de servicios y equipo (…) necesitan acceso global para asegurar su competitividad dentro y fuera del país. Estamos identificando barreras mercado por mercado y trabajando con nuestros socios para eliminarlas…” Después de señalar a Telmex y Telcel como obstáculos, el informe pide imponerles tarifas de terminación de llamadas. “Tal acción podría ayudar mucho a reducir la carga de estas tarifas sobre los consumidores de Estados Unidos que hacen billones de llamadas/minuto a México cada año”. El representante “urge a la Cofetel a continuar trabajando por todos los medios para solucionar este asunto lo antes posible.”

Otras empresas señaladas como blancos de la iniciativa de ley anti-monopolios son las televisoras comerciales abiertas. Lo cierto es que todos los países tienen muy pocas televisoras abiertas porque no hay mercado para muchas. La competencia está en la señal por cable, satélite y microondas, como es evidente. De hecho, hay una tendencia de las televisoras abiertas a migrar al cable. El parloteo contra el “duopolio” televisivo semeja una asamblea de calvos peleando por un peine.

¿Recuerdan las promesas de tarifas aéreas bajas por la competencia?
No.
Bueno, el caso es que aumentaron, al tiempo que la oferta tiende a tomar su forma oligopólica tradicional. De hecho, el gobierno promueve la fusión de las dos líneas aéreas principales, “como está ocurriendo en todo el mundo”, dice.

No obstante, la iniciativa de ley ha sido aplaudida por los publicistas locales de las “reformas estructurales” con un solo reparo: que no incluye a Pemex y a la CFE. Es cierto que los mayores costos de las empresas son los de la energía, pero no porque Pemex y CFE sean monopolios, sino por la relevancia de sus ingresos para las finanzas públicas. Nuestros publicistas confunden la gimnasia monopolista con la magnesia fiscal.

Los problemas económicos de México no son los voraces monopolios, cualquier cosa que esto signifique. El problema es que tenemos un gobierno opulento, un pueblo pobre y empresas acosadas por los altos costos de la energía, los impuestos y las leyes fundamentalistas neoliberales.

Reforma laboral. El secretario del trabajo informa que la economía ya recuperó los empleos perdidos en 2008 y 2009. Esto significa que la creación de empleos depende más de la dinámica económica que de las leyes laborales. blascota@prodigy.net.mx

No hay comentarios:

Publicar un comentario