jueves, 4 de agosto de 2011

Llevan a persona con discapacidad ante la tumba de su esposa

El más caro anhelo de Don Julio López, adulto mayor con discapacidad que radica en Santa Rosalía, era el visitar la tumba de su esposa que tiene 14 años que perdió la vida y no había podido hacerlo porque desde hace ocho no puede caminar ni moverse de su cama, sin embargo al conocer el caso, la presidenta del Sistema para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF) Mulegé, Arely Camarena de Santillán le prometió trasladarlo para que pudiera cumplir su sueño.

Fue todo un acontecimiento el trayecto de colonia Nopalera donde vive Don Julio, al panteón de Mesa México, una ambulancia de la Cruz Roja de Santa Rosalía se presentó en el domicilio, a las siete de la tarde y una caravana de vehículos con el equipo de DIF Mulegé e invitados acompañó a la ambulancia hasta el cementerio.

Acompañaron a Don Julio, la presidenta de DIF Mulegé, Arely Camarena de Santillán; Luz del Rocío Sánchez Martínez, directora de la institución; el doctor Andrés Barrera Navarro en representación de la Secretaría de Salud y personal del DIF.

Desde muy temprano Víctor León Beltrán, subdirector Operativo de DIF Mulegé, coordinó los trabajos del personal que se hizo cargo de arreglar la tumba de doña Mercedes Aguilar, la vereda de acceso por la que pasaría la camilla e instalar una corona y dos ramos de flores de acuerdo a las instrucciones de la presidenta del comité municipal del DIF Mulegé.

Don Julio estuvo muy sensible y a pesar de su fortaleza moral para afrontar todos los desafíos que le ha dado la vida, no pudo contener el llanto ante la tumba de su amada Mercedes.

El clima estaba nublado y el ambiente no era caluroso y don Julio recordó una serie de anécdotas de su vida y de sus amistades entre las que se encuentra el doctor Andrés Barrera Navarro y recordó cuando era médico de la Compañía Minera Santa Rosalía en la que Don Julio trabajo como velador en la dirección de la empresa.

Le agradeció en forma muy especial a Camarena de Santillán, por haberle dado la oportunidad de estar en la tumba de su esposa que por los avatares de la vida, se le adelantó en el camino que todos tenemos que recorrer.

Después de estar un tiempo en la tumba y cuando empezaba a anochecer, la ambulancia llevó a Don Julio de regreso, todos los acompañantes retornaron para estar en sus hogares con sus familias, pero en todos los asistentes quedó la sensación de haber contribuido cuando menos con su presencia para cumplir con la voluntad de una persona que requería ese incentivo para saber que cuenta con personas que lo estiman.

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